En el camino, como les he platicado, he oído y visto cantidad de historias cuasi de terror. Una de ellas, cuando alguien se aferra a alguien y decide obligarle a amarla (o) a como dé lugar. ¿Razones? Muchas: la edad, reloj biológico, soledad, vacío interno, competencia con otros de su género, protección de territorio, ego... podría seguir y la lista básicamente sería infinita. Sin embargo el punto clave es: a la mente y al corazón no se les puede obligar a nada. Son libres de fantasear, poseer y penetrar prácticamente a quien se nos antoje, a la hora que se nos antoje y hasta soñar con esas personas volviendo esa experiencia en una realidad alterna que nos complace.
Así que mi conclusión brutal es: no, no se puede obligar a nadie a que te ame. Honestamente que flojera. Es de las cosas más estúpidas que me ha tocado enterarme de paso...
Quienes lo crean, vivirán eternamente en una mentira y frágil burbuja de felicidad. El miedo de confirmar sus sospechas las perseguirá eternamente.
Ahí el tormento y la estupidez.
Mi recomendación: que te valga madres el mundo, sé feliz y tu felicidad no dependa nunca de que alguien, que no seas tú mismo, te ame... o al menos creas que te ame. Dulces sueños...
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