De mujeres: estar a dieta, comprar, sali con el wey más deseado, operarse más, cambiar la decoración recién estrenada de la casa, tener un hijo, fumar, pintarse las uñas, ir al salón, acostarse con un rockstar más pa la lista...
De hombres: dinero, estar más tronado, las nalgas y cinturita "de las del gimnasio", salir al nuevo antro, comprarse otro coche, echarse a..., ser más flexible, correr más maratones, estar bronceado...
Las listas de ambos sexos es infinita, y en realidad podemos obsesionarnos casi con cualquier cosa. Yo por ejemplo acabo de obsesionarme ¡con comer higos con miel! Neta voy a comprarlos y son mi postre pero todo el día espero ese instante de abrir el refri, sacar el bote con el objeto de mi deseo y saborear sólo tres. ¿Por qué? ¡Por que se me acaban! ¡Nunca son suficientes!... chale, ¡tengo un problema!
Pero... la obsesión más fuerte en la que algunos han coincidico es cuando sabes que alguien ha llegado a tu vida y después de conocerle, ya nada será igual...
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