Imagen tomada prestada de mapasmexico.net Por cuestiones de la exploración de nosotros mismos a veces "perdemos" el camino. ¡Uy!, vaya que se me chispoteó. Y te conviertes en algo que de lo que has huído. Mi siguiente historia es de cuando me perdí, chale estuve a punto de que me recogieran cual perrito de la calle y llevarme a desintoxicar. Resulta era la fiesta de fin de año de la televisora para la cual trabajaba, y fue un año de reventones, diversión y locura al extremo. Y cometí uno de los mayores osos en mi vida. La verdad, la calabacee. No había comido pues había estado en el acelere todo el día, por fin llega la noche y a comer dos quecas grasosas, agh, ¡y dos chupes! Que me ha agarrado una borrachera ¡de reparador de bejuco! (ja, como diría la hermana de un conocido). Había salido con un novio que me gustaba mucho, y zas que me pongo jarra. Lo saqué al pobre como a muppet de caricatura en donde avanza el cuerpo y al final los pies pues mi panza deseaba desechar el tóxico a la banqueta. Para aquellos que tenemos gastritis sabemos debemos evitar alcohol, irritantes, grasas, etc. pues chales, pasó lo que tenía que pasar: volando en el coche para ir con el doctor pues no dejaba de vomitar nos detuvimos en Insurgentes, ¿por qué no a las dos de la mañana en una zona nada amigable? Vestida con botas super sexy, vestido corto y pelo de Pamela Anderson sentada en una jardinera. Dicho compañero haciendo lo posible por hacerme entender que debía subir al coche pues era peligroso. Por fin, luego de minutos logré reincorporarme y con los pies juntos tambaléandome de atrás pa delante, de atrás pa delante le dije que él no se merecía estar con una persona como yo pues ¡que oso! ¡se me pasaron las cucharadas! Ja, el final fue feliz, no sucedió nada grave y nada que una inyección para dejar de vomitar no curara. Lo curioso, es que en el punto al azar en el cual nos detuvimos, un año después, ahora se convirtió en nuestro nuevo camino: las artes marciales...
Moraleja: aunque parezca que andamos medio perdidos el camino nunca se pierde, sólo nos desviamos... un poquito. ¡Bendita sobriedad!
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