CHANCLA PERDIDA: EL MISTERIO PARTE DOS

Exhausta realmente subí por quincuagésima vez al cuarto con mi Sherlock Holmes `a la mexicana´ lista para rastrear, ubicar y recuperar el cuerpo del delito, digo retraso. Cabe mencionar que por más discretas que querían ser las personas no podían evitar reaccionar extrañadas al verme caminar con una chancla sí y la otra no... Mientras, yo como Lady Di en la alfombra roja de Cannes, ¿¡qué otra me quedaba!? ¿Explicarles que mi hámster se toma su tiempo y se desorienta si lo llevo a pasiiiar? Obvio nooo wey!!!, ja, en fin. Estábamos a un piso de llegar al nuestro cuando suena la campanita y se abren las puertas del elevador. 1.90, güeros, morenos, mulatos, con cuerpazo claro jugadores de futbol americano ¡entran! Mis ojos se abrieron más que la manga más famosa, sonreía estúpidamente mientras escondía mi pie descalzo detrás de mi pierna. Nos saludaron, la plática empezó peeero, las puertas se abrieron de nuevo (para nuestra mala suerte). Era el momento de la verdad, atravesar el reducido espacio y caminar torpemente ¡en lo que se cerraba de nuevo! Para no perder "lo cool" tenía varias opciones: a) Correr como Forrest Gump, b) Tirar a mi amiga para enfocar la atención en ella c) Salir caminando lentamente y aceptar mi estupidez...
Por fin la llave entró en la rendija, la luz verde se activó y se oyó el click de la puerta. ¡Parecía una escena de la película Pelotón! Lo increíble del caso: mi querida (en éste caso) Sherlock levantó la colcha ¡y ahí estaba! Juro que fueron las señoritas de limpieza quienes la acomodaron ahí... (¡ay aha!) Triunfante y luego de ¡cuatro horas! en total salimos del cuarto, yo: con mis dos chanclitas muy digna dice. Ésta historia acaba cuando nos reencontramos con las demás y Sherlock, ¡me dió un puñetazo en el brazo! La verdad... me lo merecía...

PD Perdón! Ésta foto no va aquí, ¿quién habrá sido?