Ser índigo es muy difícil, te diagnosican, etiquetan con un sin fin de nombres en general ofensivos. Pero la realidad es que nos valen madres (disculpen mi lenguaje a quienes les resulte ofensivo). Desde que nacemos sabemos a qué venimos y la misión que debemos cumplir. La bronca, no sabemos exactamente cómo llegar a ella. Sin embargo confía, pues nos van guiando en el camino. Hay quienes se rehúsan y se pierden pues asusta, es una gran responsabilidad y un gran sacrificio hasta la primera fase de la autoaceptación de lo que somos. En general, nunca embonamos. Son contados con quienes podemos convivir muchas horas e intercambiar conceptos, ideas. Hay quienes de manera inconsciente intuyen nuestra fuerza, nuestras habilidades y se asustan intentando apagar o disfrazar lo que sienten sobre nosotros. Me da pena decirles a aquellos que no lo son, será imposibible nos entiendan. Es más, ni lo intenten no lo lograrán. Comprendo por qué nos ponen etiquetas de hiperactivos, raros, rebeldes (uuuy que miedo, jajaja ¡pendejos!) o con déficit de atención. Hablamos en otro nivel y nuestra relación espacio-tiempo es diferente por eso podemos parecer lentos o demasiado intensos...
Lo que no comprendes no sabes cómo definirlo. Pero vale gorro, no pierdas el valioso tiempo que nos han dado. Lo importante no son esas personas que carecen de la capacidad para entendernos. Lo harán quienes sean como nosotros u otros humanos más evolucionados.
Venimos a romper con lo establecido, venimos a trabajar para abrir conciencias y ayudar a otros en su evolución hacia la comprensión de lo escencial: la vida, el amor, la conservación de las especies y la de nosotros como humanos a través del respeto al otro.
Como incomodamos y somos brutalmente honestos muchos nos atacarán e intentarán callarnos o hasta sacarnos del aire. Pero por eso somos guerreros, no nos detenemos, avanzamos, avanzamos, avanzamos.
Por más que nos escondan bajo un manto negro, nuestra luz traspasará cada uno de los poros de la tela cual coladera de luz. Sin embargo es importante aclarar que si tú quieres ignorar lo que eres, lo lograrás. Existe el libre albedrío. Creeme, puedes llegar a la propia aniquilación estuve cerca, te lo afirmo.
Ahí radica nuestro gran poder somos lo que pensamos.
Somos contados pero estoy feliz que nuestros queridos Arcoiris ¡ya están aquí! para reforzarnos y así el ejército pro vida crece... ¡Viva la sana humanidad!
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